Profecía
No.1
Registro
bíblico: Daniel 2:1-49
Comentario: La más
extensa de las profecías que encontramos en la Biblia, es sin lugar a duda, la
que fue dada en sueño a un varón no judío, Nabucodonosor Rey de Babilonia.
Profecía que fue revelada por Daniel, y que abarca el período comprendido por
los grandes Imperios de la humanidad, hasta el establecimiento del Reino
Eternal de Dios sobre la tierra.
Historia: El
pueblo judío, en el año 606 a.C. se vió invadido por los ejércitos (aldeos,
quienes lo conquistaron llevándose consigo en sus diferentes incursiones a
muchos cautivos a su capital Babilonia y entre los cuales fue llevado el joven
Daniel.
Se iniciaba así con esta
inversión, la cautividad que habría de sufrir el Pueblo de Dios en Babilonia
durante setenta años (Jeremías 25:11-12; 2º Crónicas 36:17-21).
Nabucodonosor y
Daniel
Daniel fue amigo y consejero de
Nabucodonosor Rey de Babilonia, y el genio y el verdadero fundador del Imperio
Babilónico. De los setenta años que duró este Imperio, Nabucodonosor reinó
cuarenta y cinco.
Nabolpolasar, padre de
Nabucodonosor y virrey de Babilonia, sacudió el yugo Asirio de sobre los
caldeos en el año 625 a.C. estableciendo la Independencia de Babilonia, y reinó
sobre la ciudad del 625 al 604 a.C.
En el año 609 a.C. Nabucodonosor
fue puesto a la cabeza de los ejércitos de su padre. Invadió los países al
oeste, arrebató de Egipto el control de Palestina en el año 606 a.C. (2º Reyes
24:7), y llevó a Babilonia algunos cautivos judíos, entre los cuales estaba
Daniel (2º Crónicas 36:5-8; 2º Reyes 23:36-37; 24:1-6).
En este mismo año de 606 a.C. fue
hecho Co-regente con su padre; en el año 604 a.C. ya reinaba solo, resultó ser
uno de los monarcas más poderosos de todos los tiempos.
En el año 605 a.C. quebrantó el
poderío egipcio, en la célebre batalla de Carquemis. (Jeremías 46:1-2,
13,25-26).
En el año 597 a.C. sofocó una
nueva sublevación en Palestina, y llevó más cautivos a Babilonia, al rey
Joachin y a otros muchos, incluyendo al profeta Ezequiel. (2º Crónicas
36:11-20; 2º Reyes 25:8-21; Jeremías 52:12-27). Luego durante 13 años u
ejército sitió a Tiro, 585-573 a.C.
En 582 a.C. invadió y saqueó a
Moab, Amón, Edóm y Líbano; y en el 581 a.C. tomó otra vez cautivos de Judá. En
572 invadió y saqueó Egipto, haciéndolo de nueva cuenta en 568 a.C.
El Rey Nabucodonosor, Rey de
Babilonia, murió en 561 a.C.
Daniel ejerció sobre
Nabucodonosor una influencia poderosa. Nabucodonosor, tres veces reconoció al
Dios de Daniel como el Dios verdadero (Daniel 2:47; 3:29; 4:34).
Los reyes bajo los cuales vivió
Daniel en Babilonia fueron Nabolpolasar 625-604 a.C. (los últimos dos años),
Nabucodonosor 606-561 a.C. Evil-Merodac 561-560 a.C.; Neriglisar 559-556 a.C.
Labas-Marduk 556- a.C.; Nabonido 555-536 a.C. y su hijo Belsasar como
Co-regente durante los últimos años de su reinado.
La vida de Daniel en Babilonia se
extiende desde el primer año de Nabucodonosor, a través de los cinco reinados
siguientes, y después de la caída de Babilonia, bajo el Imperio Medo-Persa, a
través del reinado de Darío el Medo y hasta el tercer año de Ciro el Persa.
Estuvo desde el 606 a.C. hasta el 534 a.C., o sea un total de 72 años en
Babilonia, desde el primer año del cautiverio de los judíos hasta dos años
después de su regreso del cautiverio, como testigo de Dios en el palacio del
Imperio que regía al mundo.
Nota:
Los anteriores datos fueron tomados de:
“Compendio
Manual de la Biblia” por Henry H. Halley
Para una mayor comprensión de la
conquista de Nabucodonosor sobre el pueblo judío, ver 2º Reyes 23:24; 2º
Crónicas 36 y Jeremías 52.
Nota:
Hay cronologistas que dan la fecha de 598 a.C. en lugar de 597 a.C. (primer
párrafo), y 587 a.C. en vez de 586 a.C. (segundo párrafo).
El sueño que
olvidó el Rey Nabucodonosor
Un día, estando ya acostado en su
cama el Rey Nabucodonosor, tuvo el deseo de saber qué sería de la humanidad
después de él (Daniel 2:29), y quedándose dormido, tuvo un sueño que lo
perturbó en gran manera, y más se inquietó al no poder recordar lo que había
soñado (Daniel 2:1). Entonces mandó llamar ante su presencia a todos los
hombres sabios de su reino: magos, astrólogos, encantadores y todo sabio e
inteligente de los Caldeos, tanto para que le recordasen el sueño, así como
para que le hiciesen saber su significado, con la advertencia que de no
hacerlo, serían condenados a muerte, entre ellos también serían muertos Daniel
y sus tres amigos (Daniel 2:1-13).
Al ir a ser ejecutado la
sentencia como era obvio, ya que era imposible para hombre alguno cumplir con
el deseo del Rey, enterándose de ello Daniel, solicita un poco de tiempo para
mostrar al Rey la declaración de tal negocio (Daniel 2:14-16); acude luego a su
casa y hace saber a Ananías, Misael y Azarías sus compañeros la situación. Así,
juntos demandan misericordias del Dios del cielo sobre este misterio, y “el
arcano” es revelado a Daniel; y Daniel bendice el nombre de Dios dando gracias
por ello (Daniel 2:17-23).
Acto seguido, Daniel solicita
comparecer ante el Rey Nabucodonosor para mostrarle la declaración solicitada,
y le hace saber que ni sabios, ni astrólogos, ni magos, ni adivinos le podrían
revelar este misterio, pero que existe un Dios en los cielos el cual revela los
misterios, y este Dios es el que le había hecho saber, en el sueño que tanto le
había perturbado y que se le había olvidado, lo que habría de acontecer en un
futuro (Daniel 2:24-28).
Daniel le
recuerda al Rey Nabucodonosor el sueño
“Tú oh rey, en
tu cama subieron tus pensamientos por saber lo que había de ser en lo porvenir;
y el que revela los misterios te mostró lo que ha de ser.
Y a mí ha sido revelado este
misterio no por sabiduría que en mí haya más que en todos los vivientes, sino
para que yo notifique al rey la declaración, y que entendieses los pensamientos
de tu corazón.
Tú, oh rey, veías, y he aquí una
grande imagen. Esta imagen, que era muy grande, y cuya gloria era sublime,
estaba en pié delante de ti, y su aspecto era terrible.
La cabeza de ésta imagen era de
fino oro; sus pechos y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de metal,
sus piernas de hierro, sus pies en parte de hierro y en parte de barro cocido.
Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, la cual hirió a
la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó.
Entonces fue también desmenuzado
el hierro, el barro cocido, el metal, la plata y el oro, y se terminaron como
tamo de las eras del verano: y levantólas el viento, y nunca más se les halló
lugar. Mas la piedra que hirió a la imagen, fue hecha un gran monte, que hinchó
toda la tierra. Este es el sueño; la declaración de él diremos también en
presencia del Rey” (Daniel 2:29-36).
Daniel revela el
significado del Sueño
“Tú oh rey, eres rey de reyes;
porque el Dios del cielo te ha dado reino, potencia, fortaleza y majestad. Y
todo lo que habitan hijos de hombres, bestias del campo, y aves del cielo, él
ha entregado en tu mano, y te ha hecho enseñorear sobre todo ello: tú eres
aquella cabeza de oro.
Y después de ti se levantará otro
reino menor que tú; y otro tercer reino de metal, el cual se enseñoreará de
toda la tierra, y el reino cuarto será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza
y doma todas las cosas, y como el hierro que quebranta todas estas cosas,
desmenuzará y quebrantará. Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de
barro cocido de alfarero, y en parte de hierro, el reino será dividido; mas
habrá en él algo de fortaleza de hierro, según que viste el hierro mezclado con
el tiesto de barro.
Y por ser los dedos de los pies
en parte de hierro, y en parte de barro cocido, en parte será el reino fuerte,
y en parte será frágil.
Cuanto á aquello que viste, el
hierro mezclado con tiesto de barro, mezclaránse con simiente humana, mas no se
pegarán el uno con el otro, como el hierro no se mixtura con el tiesto.
Y en los días de estos reyes,
levantará Dios del cielo un reino que nunca jamás se corromperá; y no será
dejado a otro pueblo este reino; el cual desmenuzará y consumirá todos estos
reinos, y él permanecerá para siempre.
De la manera que viste que del
monte fue cortada una piedra, no con manos, la cual desmenuzó al hierro, al
metal, al tiesto, a la plata, y al oro; al gran Dios ha mostrado al rey lo que
ha de acontecer en lo porvenir: y el sueño es verdadero, y fiel su declaración”.
(Daniel 3:37-45).
Reacción del Rey
Nabucodonosor
“Entonces el rey Nabucodonosor
cayó rostro en tierra, se postró ante Daniel, y ordenó que se le ofreciera
oblación y calmante aroma.
El rey tomó la palabra y dijo a
Daniel: «Verdaderamente vuestro Dios es el Dios de los dioses y el señor de
los reyes, el revelador de los
misterios, ya que tú has podido revelar este misterio.» (Daniel 2:46-47)
Interpretación
de la declaración de Daniel
Daniel, al recordarle el sueño al
Rey Nabucodonosor, le dice que había soñado una grande imagen, cuya gloria era
muy sublime y de aspecto terrible que estaba en pié delante de él. Tenía la
cabeza de oro fino, sus pechos y brazos de plata, su vientre y sus muslos de
metal o sea bronce como otras versiones de la Biblia traduce, sus piernas de
hierro y sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido.
Daniel mismo le declara: “Tú oh
rey, eres rey de reyes…tú eres aquella cabeza de oro” (Daniel 2:37-38) lo que
quería decir que la cabeza de oro de la imagen representaba el Reino o Imperio
caldeo, más conocido como Babilónico, teniendo como Rey a Nabucodonosor.
El rey Nabucodonosor quien fue el
que en verdad formó el Imperio caldeo al dominar en grandes conquistas a todos
los reyes del oriente, dejaría un Imperio que dominó desde el 606 a.C. hasta el
536 a.C., cayendo su capital Babilonia en manos de los Medos y los Persas en el
536 a.C. (Daniel 5:30-31; 2º Crónicas 36:20).
Agrega Daniel: “Y después de ti
se levantará otro reino menor que tú…” (Daniel 2:39); Reino que estaba
simbolizado en los pechos y los brazos de plata. Después del Imperio de los
caldeos, se levantó el dominio de los Medos y los Persas, quienes derribaron a
los caldeos y dominando del 536
a .C. hasta el 331 a .C. cuando en la singular batalla de
Arbela (ciudad antigua de Asiría, hoy llamada Irbil, Irak), los ejércitos de
Alejandro el grande vencieron a los ejércitos de Darío III, Rey de los Persas,
el Reino Medo-Persa fue menor en esplendor que el Reino de los Caldeos.
Continúa Daniel diciendo: “…y
otro tercer reino de metal (bronce), el cual se enseñoreará de toda la tierra”
(Daniel 2:39). Este Imperio o Reino, es el que fue simbolizado por el vientre y
los muslos de metal (bronce) y que representó al Imperio Macedonio o Griego,
levantado por el gran conquistador Alejandro Magno o Alejandro el Grande,
Imperio que dominó del 331 a.C. hasta el año 168 a.C.
Después se dice: “Y el reino
cuanto será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y doma todas las
cosas y como el hierro que quebrantada todas estas cosas, desmenuzará y
quebrantará” (Daniel 2:40). Es la misma Historia Universal, la que nos declara
que después del Imperio Macedonio o Griego, se levantó el Imperio Romano,
dominando al mundo del año 168 a.C. hasta el año 476 d.C., Reino que en su
formación dio lugar a las más terribles y cruentas batallas (Las guerras
Púricas), razón por la cual se dice de él: “…y como el hierro desmenuza y doma
todas las cosas… desmenuzará y quebrantará”, definición de su proceder para
levantarse como Imperio dominante.
NOTA:
Aunque la Historia Universal registra la caída del Imperio Romano en el año 476
d.C., siguientes Profecías nos harán entender como Roma sigue dominando y
dejando sentir su poder en forma mundial. Todo ello hasta el fin de la Visión
de este “sueño”, así como del cuadro profético que analizaremos.
He
aquí lo analizado:
Reino
de Oro
Imperio Caldeo
Daniel 2:31-32 “Babilónico”
Daniel 2:37-38
606 a.C. al 536 a.C.
Reino de Plata
Daniel 2:32 Imperio Medo-Persa
Daniel 2:39
536 a.C. al 331 a.C.
Reino de Metal (Bronce)
Imperio Macedonio Griego
Daniel 2:32 Daniel 2:39
331 a.C. al 168 a.C.
Reino de Hierro
Imperio Romano
Daniel 2:33 Daniel 2:40
168
a.C. al 476 d.C.
El verso 41 continúa diciendo: “Y
lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero, y
en parte de hierro, el reino será dividido; mas habrá en él algo de fortaleza
de hierro…”
Ya en su decadencia, el Imperio
Romano se empezó a fragmentar en reinos. El reino fuerte como el hierro, se
empezaba a misturar con barro cocido. En Europa se inició la manifestación de
ésta división en el año 350 d.C., hasta quedar totalmente dividida en diez
reinos en el año 485 d.C. Estos reinos fueron:
1.- El reino de los Francos o
franceses.
2.- El reino de los Germanos o
alemanes.
3.- El reino de los Burgundios o
suizos
4.- El reino de los Suavos o
portugueses
5.- El reino de los vándalos al
norte de Francia
6.- El reino de los visigodos o
españoles
7.- El reino de los anglosajones
o los ingleses
8.- El reino de los Ostrogodos o
Austriacos
9.- El reino de los lombardos en
una parte de Italia y
10.- E reino de los Erulos en la
otra parte de Italia.
Esta es la visión de la división
subrayada por los diez dedos de la Imagen de metal, quienes en parte eran
fuertes y en parte débiles (Daniel 2:42). Unidos eran fuertes, ahora divididos
se habían debilitado.
El verso 43 enuncia los intentos
que hicieron para unirse entre sí, concertando matrimonios entre la realeza de
uno con la realeza del otro, para así unir sus fuerzas, mas no lo pudieron
lograr: “Mezclarse con simiente humana, mas no se pegarán el uno con el otro”.
NOTA:
Esta profecía de los cuatro reinos o Imperios mundiales, se pormenoriza en el
capítulo 7 de este mismo libro de Daniel con la Visión de las cuatro Bestias;
en el capítulo 9 con las Setenta semanas; y en el capítulo 11 con las luchas de
los reyes del Norte con los reyes del sur.
Epílogo:
y parte trascendental de esta profecía:
“Estabas mirando, hasta que una
piedra fue cortada, no con mano la cual hirió a la imagen en sus pies de hierro
y de barro cocido, y los desmenuzó:
Entonces fue también desmenuzado
el hierro, el barro cocido, el metal, la plata y el oro, y se tornaron como
tamo de las eras del verano: y levantólas el viento, y nunca más se les halló
lugar. Mas la piedra que hirió a la imagen, fue hecha un gran monte que hinchió
toda la tierra”. (Daniel 2:34-35). Así
terminaba el sueño de Nabucodonosor…
No perdamos de vista el propósito
de ésta profecía: El Señor está dando a conocer los eventos en la Historia,
desde el día y poder de Nabucodonosor, hasta el cumplimiento de lo que él se
propone realizar.
Daniel concluye su declaración de
la manera siguiente:
“Y en los días de estos reyes,
levantará el Dios del cielo un reino que nunca jamás se corromperá; y no será
dejado a otro pueblo este reino; el cual desmenuzará y consumirá todos estos
reinos, y él permanecerá para siempre.
De la manera que viste que del
monte fue cortada una piedra, no con manos, la cual desmenuzó al hierro, al
metal, al tiesto, a la plata, y al aro; el gran Dios ha mostrado al rey lo que
ha de acontecer en lo porvenir: y el sueño es verdadero, y fiel su
declaración”. (Daniel 2:44-45).
Esta profecía, ahora avalada y
confirmada por la Historia Universal de la Humanidad, nos declara el
surgimiento de los Imperios:
1.- Caldeo o Babilónico (606 a.C.)
2.- Medo-Persa (536 a.C. al 331 a.C.)
3.- Macedonio o Griego (331 a.C.
al 168 a.C.)
4.- Romano (168 a.C. al 476 d.C.)
y
5.- La División en diez reinos
del Imperio Romano (350 d.C. al 485 d.C.)
Será en el fin de la actividad de
estos reyes, cuando el Dios del cielo, habrá de levantar su reino incorruptible
y eternal, acabando con ello todo el sistema y gobierno de los hombres.
Será Cristo, la piedra no cortada
con mano (1ª Corintios 10:4), quien al descender del cielo en su segunda venida
(Hechos 3:19-21), establezca el reino que iniciara a predicar en su primera
venida (Marcos 1:14-15), reino incorruptible que como dijo Daniel: “no será
dejado a otro pueblo” (Daniel 2:44), pues después de su establecimiento ningún
reino se volverá a levantar; por el contrario, él desmenuzará y consumirá todos
estos reinos y él permanecerá para siempre” (Daniel 2:44).
“Mas la piedra que hirió a la imagen, fue hecha un
gran monte (reino) que hinchió toda la tierra” (Daniel 2:35)
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